
Joder qué bien sabe la gran polla de este turco gay, eso sí que es un buen kebab, madre mía qué pollón tiene y cómo se le pone cuando se lo chupa. Le encanta que las pollas grandes como esa se le pongan duras en la boca y cada vez cueste más chuparlas, y el sabor exótico de la piel de los turcos le pone un montón, sería capaz de correrse mientras se la chupa, pero vamos, quien se va a tragar la lechada es él.