
Quise enseñarle el piso donde me había instalado, pero él tenía otros planes en mente. Cuando se quitó algo más que la chaqueta y me tiró contra el sofá supe que quería encontrarse con mi polla y hacerme una de esas mamadas que son como largos besos que no quieres que acaben nunca. Y cuando ya me tenía caliente y a su merced, follamos por el culo pidiéndome que me corriera con ayuda de la mano.